El consumo de alcohol y drogas
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¿Cómo afectan el alcohol y las drogas a su salud si tiene VIH?
El uso indebido de alcohol y sustancias ilegales (incluido el uso indebido de medicamentos recetados) puede afectar el cerebro, lo que dificulta pensar con claridad. Esto altera su juicio y disminuye su inhibición. A continuación, se presentan algunas de las formas en que el uso indebido de alcohol y drogas puede afectar su salud si tiene VIH.
El uso indebido de alcohol y las personas con VIH
El uso indebido de alcohol significa beber de una manera, en una situación, en una cantidad o con una frecuencia que podría perjudicarle a usted o a quienes lo rodean. Incluye el consumo excesivo y peligroso de alcohol (binge drinking) y el consumo excesivo de alcohol (heavy alcohol use):
- El consumo excesivo y peligroso de alcohol (binge drinking) es un patrón de consumo de alcohol que eleva el nivel de alcohol en la sangre (BAC, por su sigla en inglés) a 0.08% o más. Por lo general, sucede si una mujer toma 4 o más bebidas, o un hombre toma 5 o más bebidas, en un plazo de aproximadamente 2 horas. Una bebida es una botella de cerveza de 12 onzas, una copa de vino de 5 onzas o un trago de licor. El consumo excesivo y peligroso de alcohol puede provocar lesiones, e incluso la muerte, por colisiones automovilísticas, caídas, interacciones con medicamentos y sobredosis de alcohol.
- El consumo excesivo de alcohol (heavy drinking), en el caso de los hombres, consiste en consumir más de 5 bebidas en cualquier día o más de 15 bebidas por semana. En el caso de las mujeres, es el consumo de más de 3 bebidas en cualquier día o más de 7 bebidas por semana. El consumo excesivo y peligroso de alcohol y el consumo excesivo de alcohol pueden aumentar el riesgo de padecer un trastorno por consumo de alcohol.
En el caso de las personas menores de 21 años, edad legal para beber, o de las personas embarazadas, cualquier consumo de alcohol se considera uso indebido de alcohol.
El uso indebido de alcohol puede dañar su salud. Los riesgos inmediatos para la salud derivados del uso indebido de alcohol incluyen lesiones e intoxicación por alcohol. El uso indebido de alcohol también aumenta las posibilidades de cometer o ser víctima de actos violentos. Con el tiempo, puede provocar enfermedades crónicas y otros problemas graves, como presión arterial alta, enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades del hígado, problemas digestivos, problemas psiquiátricos y cáncer de mama (seno), boca, garganta, esófago, hígado y colon. Para las personas con VIH, el consumo excesivo de alcohol se ha asociado al uso de otras sustancias, como heroína, cocaína, marihuana y tabaco.
El uso indebido de alcohol puede empeorar la progresión del VIH.
El consumo indebido de alcohol es peligroso si tiene hepatitis B o C (en inglés) y otras formas de enfermedad hepática, porque hace que se enferme más rápido y empeora los efectos secundarios del tratamiento contra la hepatitis. La hepatitis B y C se pueden propagar de la misma manera que el VIH, por lo que las personas con VIH a menudo también se ven afectadas por hepatitis víricas crónicas.
Si tiene VIH, el uso indebido de alcohol puede aumentar sus probabilidades de transmitir el VIH porque es más probable que tome decisiones que podrían llevar a transmitir el VIH a otras personas. Por ejemplo, podría tener relaciones sexuales anales o vaginales sin usar herramientas de prevención del VIH, como los medicamentos contra el VIH para obtener y mantener una carga viral indetectable, o si su pareja VIH negativa no toma la PrEP. O puede que tenga dificultades para usar un condón correctamente o que comparta implementos de inyección de drogas. El uso indebido de alcohol también puede aumentar la probabilidad de contraer o transmitir otra ITS.
El consumo de drogas y las personas con VIH
La gente usa sustancias ilegalmente para drogarse. El consumo de drogas ilegales incluye drogas callejeras como la heroína, la cocaína o la metanfetamina. También incluye los medicamentos recetados que se usan sin receta o solo por el subidón que causan.
El uso de drogas y la adicción pueden acelerar la progresión del VIH y sus consecuencias, especialmente en el cerebro. Pueden aumentar la carga viral incluso si se sigue el régimen de tratamiento contra el VIH. Las drogas también pueden facilitar que el VIH ingrese al cerebro y desencadene una respuesta inmune y la liberación de neurotoxinas, que pueden causar una neuroinflamación crónica. Conozca más aquí (en inglés).
Si usted tiene VIH, el uso de drogas puede provocar que usted haga cosas que aumentan sus probabilidades de transmitir el VIH a otras personas. Por ejemplo, las drogas como la metanfetamina, los poppers y el éxtasis están relacionadas con tener más parejas sexuales o mantener relaciones sexuales sin usar condón, dos factores que aumentan las probabilidades de transmitir el VIH si no está tomando medicamentos contra el VIH para obtener y mantener una carga viral indetectable o si su pareja VIH negativa no está tomando la PrEP. Al igual que el consumo indebido de alcohol, las drogas también pueden aumentar el riesgo de adquirir o transmitir otras ITS.
Si se inyecta drogas, usted tiene mayor probabilidad de adquirir o transmitir el VIH y la hepatitis B y C si comparte o reutiliza agujas, jeringas u otros implementos de inyección (“utensilios”) utilizados para preparar drogas. Esto se debe a que las agujas, jeringas u otros utensilios pueden contener sangre, y la sangre puede transmitir el VIH. Por la misma razón, no se deben compartir agujas, jeringas ni utensilios para inyectarse silicona, hormonas o esteroides.
Algunas personas piensan que el uso de medicamentos recetados para drogarse es más seguro y menos adictivo que el de las drogas ilegales, pero no es cierto. Cualquier forma de consumo de drogas ilegales puede conducir al uso indebido y a la dependencia y causar efectos secundarios graves y potencialmente mortales o incluso la muerte.
¿Busca información sobre cómo puede prevenir adquirir VIH?
Si busca más información sobre cómo las drogas y el alcohol lo ponen en riesgo de adquirir el VIH y cómo prevenirlo, visite nuestras páginas: El alcohol y la probabilidad de adquirir el VIH y El uso indebido de sustancias y la probabilidad de adquirir el VIH.
¿Cómo puede afectar el consumo de alcohol y drogas al tratamiento contra el VIH?
Si usted tiene VIH, el consumo de drogas y alcohol puede dañar su salud y afectar su tratamiento contra el VIH de varias maneras.
Las drogas y el alcohol pueden debilitar el sistema inmune. El VIH daña el sistema inmune, lo que dificulta que el cuerpo combata las infecciones y ciertos tipos de cáncer. El consumo de drogas o alcohol puede dañar aún más su sistema inmune, aumentando la probabilidad de que experimente más efectos secundarios de sus medicamentos contra el VIH y de que tenga más dificultades para combatir las infecciones relacionadas con el VIH. Los posibles efectos secundarios incluyen:
- infecciones pulmonares, como la neumonía, por inhalar ciertas drogas como la marihuana;
- deshidratación, agotamiento e irritación de la piel por el uso de ciertas drogas como la cocaína o la metanfetamina cristalina, lo que facilita el contagio de infecciones;
- daño del hígado por consumo excesivo de alcohol, drogas recreativas y medicamentos recetados, lo que aumenta el riesgo de enfermedad hepática crónica, cáncer y hepatitis vírica;
- mayor lesión de las células nerviosas y problemas de pensamiento, aprendizaje y memoria en comparación con las personas con VIH que no consumen drogas;
- mayor riesgo de infecciones transmitidas por la sangre, incluidas las hepatitis B y C, si se inyecta drogas.
Algunas drogas recreativas pueden interactuar con los medicamentos contra el VIH. Las interacciones farmacológicas entre los medicamentos contra el VIH y las drogas recreativas pueden aumentar el riesgo de efectos secundarios peligrosos. Además, ciertos medicamentos contra el VIH pueden aumentar los niveles de drogas recreativas, lo que lleva a niveles peligrosamente altos de dichas drogas en el cuerpo, y en algunos casos puede causar daños o incluso la muerte. Es por eso que siempre debe decirle a su proveedor de atención médica y a su farmacéutico la verdad sobre las drogas y el alcohol que está consumiendo.
Las drogas y el alcohol pueden afectar su capacidad para seguir cumpliendo con su tratamiento contra el VIH. Para que sean eficaces, los medicamentos contra el VIH deben tomarse exactamente como se han recetado. El uso de drogas ilegales o el uso indebido de medicamentos recetados o de alcohol puede hacer que se olvide de tomar sus medicamentos contra el VIH. Eso es un problema porque saltarse las dosis, incluso de vez en cuando, permite que el VIH se multiplique rápidamente. Afecta su capacidad para mantener la supresión viral, lo que le expone a infecciones oportunistas y a posiblemente transmitir el VIH a una pareja. Las drogas y el alcohol también pueden hacer que se olvide de asistir a sus citas médicas y clínicas, y dificultar el mantenimiento de su casa, trabajo, relaciones y apoyos sociales, todos ellos importantes para su bienestar y para cumplir con su plan de tratamiento del VIH.
¿Cómo puede encontrar programas de tratamiento y apoyo para el consumo de alcohol o sustancias?
Elegir dejar de consumir drogas o alcohol no es fácil, pero se puede hacer. Dejar de hacerlo mejorará su salud, bienestar y relaciones con los demás.
Hay apoyo disponible. Muchas organizaciones ofrecen líneas directas y orientación sobre opciones de tratamiento para el uso indebido de sustancias:
- Localizador de tratamientos por consumo de sustancias (FindTreatment.gov, en inglés)
- Línea de ayuda nacional de SAMHSA; Llame al: 1-800-662-HELP (4357); Envíe un texto: 435748
- Directorio de programas de tratamiento de opioides (en inglés)
- Localizador de médicos para el tratamiento con buprenorfina (en inglés)
- Navegador de tratamientos de alcohol del NIAAA (en inglés)
Lea también la guía para buscar y obtener ayuda del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, por su sigla en inglés). Esta guía, desarrollada para personas que buscan opciones para abordar los problemas con el alcohol, ayuda a explicar qué opciones de tratamiento están disponibles y qué tener en cuenta a la hora de seleccionar entre ellas.